Esta alegría, tan grande,
tan tonta, simple y absurda,
es la de abrir la ventana
y ver que el mundo me saluda.
Y es que los mas hermoso
es siempre lo mas pequeño y simple
como aquella flor azul de la montaña
que ahora en mi memoria se extinge.
Esos momentos, tan bellos,
son como cuando soñabas
con alcanzar el cielo
y de ello ya no queda nada...
Son recuerdos, que se pierden
con el paso del tiempo,
tan inocentes, tan preciosos
tan absurdos como este momento.
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